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Publicaciones

Cuerpos desobedientes. Terapia, juego y performance.

Escrito de la mano de Lorena Mendez, este texto tiene como propósito compartir los procesos a través de los cuales hemos desarrollado intervenciones comunitarias, dirigidas a grupos en situa￾ciones complejas, en contextos que generan vulnerabilidades y en procesos transitorios. Las intervenciones comunitarias han sido articuladas desde las 
prácticas artísticas, pedagogías corporales y la psicoterapia colaborativa. Nos detendremos en los propósitos de la creación de las intervenciones artísticas sociales, las principales problemáticas afrontadas y el trabajo implementado para que los encuentros grupales resulten significativos.

Sistemas, estereotipos y singularidades en psicoterapia, entrevista a Marcelo Pakman.

  • Marcelo Pakman, médico, conferencista internacional, invitado por instituciones y universidades de Norte y Sudamérica, Europa y Asia, es conocido por sus articulaciones entre filosofía, epistemología, arte y pensamiento crítico con la práctica clínica de la psicoterapia, la terapia familiar y las intervenciones sociales en ámbitos diversos.  Autor de Palabras que permanecen, palabras por venir: micropolítica y poética en psicoterapia (2011); y de los dos primeros volúmenes de la trilogía “El espectro y el signo”: Texturas de la imaginación (2014) y El sentido de lo justo (2018), que elaboran una posición crítico poética integradora de una búsqueda ética a partir de una micropolitica de la vida cotidiana y de eventos poéticos transformativos. Recién publicado en Julio de 2020, A flor de piel. Pensar la pandemia, todos por Editorial Gedisa. 

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Dos

Abordaje de las violencias desde la perspectiva sistémica: cinco reflexiones.

Se presentan cinco reflexiones en torno al trabajo de las violencias desde la psicoterapia sistémica, explorando algunas claves que pretenden colaborar en la práctica clínica. ¿Cuáles son los alcances y los límites de la psicoterapia sistémica en el abordaje de las violencias? ¿En qué radica la importancia de reconocerlos? ¿Qué implica admitir que los discursos de saber-poder son ante todo inherentes a la práctica clínica y en este sentido son el marco para problematizar los motivos de consulta? ¿Cuál es el impacto que nuestros discursos podrían tener sobre la vida de los consultantes? ¿Cómo esos discursos han transformado también nuestras vidas? ¿Es posible que los psicoterapeutas nos convirtamos en generadores de violencias, aún sin pretender hacerlo? ¿Cómo notar cuando así sucede? ¿Será importante que la práctica de la psicoterapia reconozca su posicionamiento político y su responsabilidad ética? ¿Cuáles son algunas de las implicaciones de la memoria y el olvido en los procesos psicoterapéuticos en los que las violencias aparecen? Se concluye que el abordaje psicoterapéutico de las violencias implica un constante proceso de reflexión y diálogo desde el cual se debe reconocer la influencia de los aspectos sociales, políticos y culturales en los que se desarrollan quienes participan en la clínica.

Raúl Osiel.

Hace varios años conocí a tu mamá. Pálida, apagada, con una dulce sonrisa que le daba un brillo melancólico a sus ojos. Cuando nos habló de ti, se le quebró la voz.

Raúl Osiel Tovar Sosa, ¿dónde estás? ¿Hay algo que podamos hacer para ayudarte a volver? ¿Tienes un teléfono cerca? ¿Podrías intentar llamar? ¿Será que uno puede entrar a los sueños de la gente a voluntad? ¿Podrías meterte a los sueños de tu mamá para darle alguna pista de dónde puede encontrarte? ¿Supiste quiénes te levantaron? ¿A dónde te llevaron? Los testigos le dijeron a tu mamá que corriste pero que, aun así, te atraparon. Osiel, ¿cómo regresar en el tiempo? Para que te quedes dormido, con fiebre, gripe, flojera, algo que te impida salir de tu casa.

Tu mamá, Genoveva Sosa Ramírez, desapareció aquel 9 de marzo de 2011, cuando en Ciudad Victoria, Tamaulipas, te desaparecieron. Su alegría se fue contigo y le nació el desprecio hacia su existencia. Como si fuera indigna a partir de tu ausencia, tambaleó su fe en Dios, intentó arrancarse la vida, se enfermó, comenzó a pellizcarse para sentir que seguía viva y a tener miedo de volverse loca.

–Es tanto dolor, Genoveva. Eso es lo que te pasa. Te gana la espera, la suspensión del tiempo–, fue lo que le dijimos la última vez que la vimos.

Así, ausente, conserva las ganas de abrazarte. Tu mamá se quedó lejos en su mente, pero de cuerpo presente y como puede acompaña a tu hijo, El Chino, le dicen. Va en secundaria, se parece a ti. A veces juega a vestirse como tú. Tal vez sea su manera de encontrarte.

Osiel, así van juntos, tu mamá y tu hijo, salvándose la vida, aprendiendo a quedarse mientras que te vuelven a ver.

Osiel, no te culpes, sólo intenta volver y si no lo logras, lucha por sostenerte como puedas, mientras que tu mamá hace todo lo posible por encontrarte.

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Tres

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